Inicios

1942 – 1952

“... Lo que soy: un hombre de América”. ... “América es un cosmos”
Oswaldo Vigas, 1958

El lenguaje personal que Vigas desarrolló en sus primeros años refleja una imaginación artística palpitante con numerosas y diversas influencias, tanto abstractas como figurativas. Nacido en Venezuela en 1923, Vigas comenzó a dibujar y pintar a temprana edad, mucho antes de empezar sus estudios formales de medicina. Para ese entonces indagaba en la figura femenina, tema que será constante en su obra. Su paleta era austera y terrosa. Su pasión por la cerámica precolombina, especialmente la Venus de Tacarigua, tendrá fuerte impacto en el tratamiento de las formas de las figuras volviéndose éstas más sintéticas. Éste estilo será característico de su serie Brujas, que realizará poco después, una vez ya instalado en Caracas en 1948 donde participa en el Taller Libre de Arte. Con esta serie conjuga elementos sustraídos de las corrientes plásticas modernas con figuras femeninas propias de mitologías locales. A partir de entonces, Vigas se consolida definitivamente como pintor.

Vigas toma un hilo temático al que recurrira una y otra vez: Las Brujas. Como escribió el historiador de arte Marek Bartelik en su ensayo “Pintar con un duende”, “las mujeres de Vigas son diosas sedientas de sangre, demonios y fantasmas espeluznantes, e insectos y plantas engañosamente antropomorfizados con torsos esqueléticos puntiagudos, con órganos sexuales adheridos a ellos. Sus enormes cabezas rectangulares se asemejan a las de las tortugas gigantes. Cada uno de estos grotescos seres parece reclamar una personalidad demoníaca distinta: la despiadada lamia de Bruja de las libélulas (1950), la polilla gigante de Bruja nocturna (1951), o como las tres pirañas zombis de Tres brujas nacientes (1952).” [1]

En 1952, Vigas gana el prestigioso Premio Nacional de Artes Plásticas de Venezuela con su obra La gran bruja,1951, galardón que lo posiciona en el mundo del arte como un verdadero modernista. Este premio le permitió residenciarse en París en 1952, donde estudió y pintó durante los siguientes doce años, a su vez convivio y formo parte de la vida parisina de la época, participando en exhibiciones junto con las grandes luminarias del momento tales como Picasso, Matisse, Leger, and Magritte.

Texto
Susana Benko
Amalia Caputo


[1]Bartelik, M. Ensayo "Pintando con un duende: Notas sobre la vida y obra de Oswaldo Vigas" (2013). A ser incluido en Oswaldo Vigas. Editado por la Fundación Oswaldo Vigas. Editorial Planeta, Barcelona, España. Próximamente en 2015.