Últimos años

2004 - 2014

“Cada día estoy más convencido de que la adquisición más importante
del arte contemporáneo es la apertura del camino hacia el pasado arcaico”
Oswaldo Vigas, 2003

Desde 1990 hasta el momento de su fallecimiento, en la segunda década de los 2000, Vigas continuó pintando mujeres y seres fantasmales, combinándolos con elementos de la naturaleza en toda su vitalidad orgánica. Sus obras representan una deslumbrante variedad de mundos diversos y narraciones inventivas, expresadas tanto a través de los títulos como de las figuras representadas. Trabajó a partir de bocetos, que posteriormente transfirió al lienzo. El resultado son obras realizadas con arrojo y una energía similar a la pulsión salvaje de la naturaleza transformadora de los cuerpos y generadora de vida.

Según la crítica de arte Bélgica Rodríguez, “[Vigas] presenta un universo transformado en líneas, color y espacio, que es el resultado de un fuerte simbolismo, creado inicialmente por el trazo primigenio de la abstracción; por lo tanto, su significado, como el de toda su obra, solo puede ser percibido por la sensibilidad a los valores universales fundamentales junto con las experiencias sensoriales que están conectadas por poderosos mecanismos intelectuales”. [1]  

Durante sus últimos años, Vigas abrazó una de sus primeras pasiones, la poesía, como lo describe en sus propias palabras: "Ser capaz de pintar y escribir al mismo tiempo, sería ideal. Con la mano derecha a la izquierda, para pintar; y con la izquierda a la derecha, para escribir un poema. Usar los pinceles como si fueran llaves para poder abrir todos los cerrojos, de manera que las palabras puedan escapar de sus jaulas.” [2]  

Oswaldo Vigas es considerado indiscutiblemente como uno de los más importantes representantes del arte Latinoamericano, quien con su trabajo exhaustivo, construyó un lenguaje personal al igual que una cosmogonía única, derivada de su apertura a experimentar a través de medios e ideas diferentes. Vigas, al igual que sus contemporáneos, perteneció a una generación que estaba fuertemente enraizada tanto en el mundo mítico como en las tradiciones de su Venezuela natal.

Vigas falleció en Caracas el 22 de abril del año 2014 a los 90 años de edad.

Texto
Susana Benko
Amalia caputo