La experiencia de Oswaldo Vigas como muralista se remonta a 1953 cuando Carlos Raúl Villanueva lo invita a participar en el proyecto de Síntesis de las Artes para la Ciudad Universitaria de Caracas. En ese entonces, Vigas estaba en París. Fue en esta ciudad donde concibió los murales hoy emblemáticos de la Ciudad Universitaria de Caracas, y fue también en París donde tuvo la ocasión de entrar en contacto con artistas representativos de la vanguardia y la modernidad artística internacional, entre ellos, a Karel Appel.
La obra de Appel se caracterizó por su vitalidad extrema. En ella se concentra toda la violencia contenida luego de sufrir los avatares y persecuciones habidas en Holanda durante la Segunda Guerra Mundial. Su figuración remite a imágenes arcaicas e ingenuas a la vez pues toma referencias tanto de las artes llamadas “primitivas” como del dibujo y la pintura infantil. La devastadora circunstancia de la guerra de alguna forma explica esa aparente contradicción en la obra de Appel: el mundo de los adultos se circunscribe a la violencia y a la miseria mientras que la infancia constituye prácticamente casi la totalidad de su iconografía.
Es con este tema, la infancia, que Appel realiza a partir de un dibujo hecho en 1947 el mural titulado L’Enfant interrogateur (1948-1949) en la cafetería del Ayuntamiento de Ámsterdam. Fue el primero de los murales que Appel realizó en su fecunda obra y el tema se centraba en expresar cómo la inocencia de los niños confrontaba la sociedad opresiva e hipócrita que estaban viviendo. La obra suscita una protesta pública que ocasionó su cubrimiento durante diez años.
Ahora bien, Oswaldo Vigas como también Appel, dominó diversos medios expresivos. Fue pintor, escultor, dibujante, ceramista y muralista. Si bien las motivaciones y circunstancias difieren entre ambos artistas, artísticamente presentan similar proceso creativo sustentado en la expresión y en el color. Entablaron amistad en París, en los años en que Vigas proyectaba los murales de la Ciudad Universitaria, murales que realiza en un periodo en el que su figuración se basaba en formas orgánicas consideradas por él esenciales. Representaba seres y vegetaciones híbridas que representan de alguna manera ‘estructuras internas’ de lo natural. Prefiguran su período constructivo propiamente dicho.
Muchos años después, en 2005, vuelve a realizar otro importante mural: Trilogía para Banesco, pieza monumental de 200 metros cuadrados ubicada en la terraza de una entidad bancaria llamada Banesco, en Caracas. Se trata de una obra monumental policromada, realizada con mosaicos venecianos vitrificados, material que Vigas conoce ampliamente. La idea del mural la toma Vigas de un dibujo hecho en 1959. Sin embargo, el estilo, la cadencia de las figuras y el tratamiento del color ya los había concebido en unos proyectos para murales que realizó en miniatura sobre tablillas de madera en 1955. Estos bocetos, como el mural de 2005, de alguna forma recuerdan la soltura, policromía y animosidad de algunas de las obras figurativas de Appel.
Llevar un dibujo a la escala monumental de un mural fue una labor que duró un año de realización. El resultado es una trilogía de figuras, casi abstractas, articuladas entre sí, que dan cuenta de cómo las imágenes fueron concebidas por Vigas con libertad plena. Se trata de un canto al color, a la vitalidad expresiva que, en definitiva, son los elementos que adquieren significación tanto para el arte neo-expresionista del grupo CoBrA como, por supuesto, para el de Oswaldo Vigas.
Susana Benko
- Karel Appel
- Karel Appel
L’Enfant interrogateur, 1948-1949
- Oswaldo Vigas
Trilogía para Banesco, 2004-2005
- Karel Appel
People, birds and sun ,1954
- Oswaldo Vigas♥ Bestiezuela,1963