Un momento para Oswaldo: el Museo de Arte Moderno de Bogotá presenta una retrospectiva de Vigas de siete décadas.
Por Ann Binlot
Wallpaper
EE.UU. 21 de Julio de 2015
Cuando el fallecido artista venezolano Oswaldo Vigas vivió en París desde 1952 hasta 1965, se volvió muy cercano a varios nombres reconocidos internacionalmente, incluyendo a Fernand Léger, Max Ernst, Wifredo Lam y, significativamente, a Pablo Picasso. “Picasso sentía mucha curiosidad por todo su trabajo”, relata Lorenzo, el hijo de Vigas. “Él quería que se lo mostrara todo, pero mi papá me decía que prefería no hacerlo”. El español alentó a Vigas a reflexionar sobre las nociones de los antepasados en su obra; no mucho después, las características de los rostros que se encuentran en el arte precolombino comenzaron a aparecer en sus pinturas. Después de regresar a su natal Venezuela con su esposa Janine a mediados de los años 60, Vigas pronto cimentaría su posición como uno de los artistas más importantes del país; pero debido a esta mudanza, no logró ganar la tracción y la fama mundial de sus contemporáneos en París.
Después de la muerte de Vigas en 2014 a la edad de 90 años, su familia se trazó una misión: la de aumentar la concienciación del artista a través de la Fundación Oswaldo Vigas y comenzar a exhibir su trabajo a nivel internacional. El 16 de julio, la Antológica 1943-2013 se inauguró en el Museo de Arte Moderno de Bogotá. En exhibición hasta el 23 de agosto, la exposición es una retrospectiva que abarca siete décadas del trabajo de Vigas con decenas de pinturas y esculturas, revelando su afinidad por la figura femenina y su estilo fuerte, gestual. Comenzando con la pieza abstracta Composición IV de 1943 - hecha cuando el artista tenía solo 20 años - hasta obras que produjo a sus más de ochenta años, la exposición muestra el talento de Vigas para la abstracción e incluye piezas clave como la pintura Bruja Infante, de 1951 y Proyecto Para Mural en Verde, de 1953, una pieza constructivista verde y azul intenso hecha para la reconocida Universidad Central de Venezuela.
Vigas era un artista en el sentido más puro. “Le interesaba la creación”, dice Lorenzo. “A él no le interesaba darse a conocer en absoluto, solo le interesaba ser un artista.” Con suerte, con esta exposición que se trasladará a São Paulo en la próxima primavera, la obra de Vigas recibirá la atención que tanto se merece.
