logo_darklogo_darklogoOV-darklogoOV-dark
    • Ing
    • Esp
    • CATALOGUE RAISONNÉ
    • EXPOSICIONES
      • FUTURAS
      • PASADAS
        • Individuales
        • Colectivas
    • VIDA
      • BIO
      • CRONOLOGÍA
        • CRONOLOGÍA > AÑOS 40
        • CRONOLOGÍA > AÑOS 50
        • CRONOLOGÍA > AÑOS 60
        • CRONOLOGÍA > AÑOS 70
        • CRONOLOGÍA > AÑOS 80
        • CRONOLOGÍA > AÑOS 90
        • CRONOLOGÍA > AÑOS 2000
    • OBRA
      • PINTURAS
        • Inicios
        • La Experiencia Europea
        • Regreso a La Patria
        • Últimos Años
      • OTROS MEDIOS
        • Dibujo
        • Escultura
        • Cerámica
        • Gráfico
        • Tapiz
        • Mural
    • CONTEXTO
      • VIGAS Y SUS CONTEMPORÁNEOS
        • Picasso
        • Guayasamin
        • Lam
        • Leger
        • Ernst
        • Saura
        • Szyszlo
        • Toledo
        • Corneille
        • Appel
        • Jorn
    • PUBLICACIONES
      • LIBROS
      • CATÁLOGOS
    • MÁS
      • VIGAS SOBRE ÉL
      • ANÁLISIS CRÍTICO
      • ENSAYOS
        • Marta Traba
        • Eduardo Planchart Licea
        • Gaston Diehl
        • Jean Clarence-Lambert
        • Katja Weitering
      • ARCHIVO
        • PRENSA
        • FOTOS
      • MEDIA KIT
    • FUNDACIÓN
      • ACERCA DE
      • EQUIPO
      • AUTENTICACIÓN Y REGISTRO
      • CONTACTO
      • CRÉDITOS
    ✕
    • VIGAS SOBRE ÉL
    • ANALISIS CRÍTICO
    • ENSAYOS
      • Marta Traba
      • Eduardo Planchart Licea
      • Gaston Diehl
      • Jean Clarence-Lambert
      • Katja Weitering
    • ARCHIVO
      • PRENSA
      • FOTOS
    • MEDIA KIT

    El arte tiene que sacar a la gente de sus casillas
    Beatriz Céspedes
    Panorama
    Maracaibo, Venezuela. 2 de abril de 1965

    Iniciar una charla con Oswaldo Vigas puede ser peligroso preámbulo de un agradable e interminable coloquio.

    El inquieto artista, quien se encuentra actualmente exponiendo en el Centro de Bellas Artes, atiende gentilmente a los visitantes. Aprovechamos una pausa para acercarnos y dialogar con él.

    -¿Qué opina acerca del reciente Premio Nacional de Pintura?

    —Está muy bien otorgado, Hung se lo merece. Sin embargo ese premio debía ser otorgado a la obra en conjunto del artista y no a un trabajo individual. El premio debe estimular y más que la compensación económica debería ser un apoyo moral, una garantía de eterno respaldo.

    El artista aspira profundamente el humo de un cigarrillo y continúa:

    —Aquí en Venezuela existe ese gran defecto: creamos un genio cada año y cada año les damos un puntapié por detrás... y adiós. No hay realmente preocupación por estimular la carrera del artista. Una vez que se le ha dado el premio, eso es todo. Después... nada se sabe. Creo que eso es fundamental. Basado en lo que acabo de decir, creo que toda creación es desarrollo, la expresión de un yo interno que a veces se comunica con los yos de otras personas. En realidad lo íntimo no es individual, aunque parezca extraño: es colectivo.

    Le preguntamos, en seguida, si se encuentra satisfecho con la reacción del público ante sus obras.

    —Uno nunca sabe. Yo no sé lo que pinto sino cuando termino. El verdadero artista rechaza el principio de la realidad. Es un guerrillero. Creo que el arte no se hace con las virtudes domésticas. Por esto, todo artista es un criminal porque no acepta los principios establecidos.

    En Venezuela la aceptación de los valores de la burguesía es un problema. Si aceptamos estos principios, matamos al arte.

    El artista continúa su fascinante monólogo. No nos atrevemos a interrumpirlo. 

    —Yo, como artista, vivo de la sociedad pero al mismo tiempo la rechazo. Todo artista lo hace. No nos dejamos influenciar. En el mundo del arte, esto no se permite. Cuando pintaba brujas, era algo que, de repente, estaba allí, en el lienzo. Cuando gané el Premio Nacional mucha gente venía a pedirme que les hiciera un cuadro de brujas. Para mí esa época ya había terminado. Ya no me sentía como para pintarlas, Al artista no se le puede exigir. A ese otro "yo" inconsciente, que habita en cada hombre, que es irracional, no podemos exigirle nada. Nos atenemos a sus acciones y las aceptamos.

    —En cuanto a la reacción del público: El arte debe inquietar, no tranquilizar. Tiene que "sacar a la gente de sus casillas". Hay gente a quien le gusta la pintura de una madre con un niño y la quiere para satisfacer su necesidad de un hijo. Otros quieren un cuadro de la playa con una casita. En realidad no tienen la casita pero la obra satisface su ansiedad. El público no debe valerse del arte y de los artistas.

    Ríe y luego calla por un momento.

    —Trata usted algunos aspectos muy interesantes que si los ampliara nos quedaríamos toda la noche.

    —Efectivamente, yo hubiera querido dar una charla a los artistas y a los aficionados del arte pero creo que no tengo tiempo para ello. Y si sigo, me temo que va a ser muy largo. Si la gente entiende realmente lo que digo, creo que no van a aceptar mis palabras.

    -¿Cuáles son sus planes inmediatos?

    —Me quedo en Venezuela por un tiempo. He sido invitado por la Universidad de Los Andes para trabajar en la Escuela de Artes Plásticas. Después, no sé. Volveré a París, tal vez.

    Lamentablemente disponemos de poco tiempo. Hay muchas personas que quieren hablar con Vigas. Nos alejamos con la esperanza de verlo pronto.