El anclaje mundial de Oswaldo Vigas
Jurate Rosales
Revista Zeta
Caracas, Venezuela. 21 de Noviembre 2014
Pocos creadores tienen el privilegio de saber que después de fallecidos, habrá quien haga valer el producto de su vida y menos son los que pueden morir a sabiendas que su labor recibirá una acogida internacional. Es el caso excepcional del pintor Oswaldo Vigas.
Oswaldo Vigas falleció el pasado 22 de abril 2014 en Caracas, dejando el cuidado de su obra en manos de su hijo, el cineasta Lorenzo Vigas, y su viuda, Janine de Vigas. Ya estaba creada la Fundación que se ocuparía de su legado artístico, pero no era posible vislumbrar la dimensión que le darían Lorenzo y Janine, dos incondicionales admiradores de la obra de Oswaldo, según ellos mismo confiesan. El pasado 9 de octubre la primera exposición itinerante de Vigas fue inaugurada en el Museo de Arte Contemporáneo de Lima, Perú. La próxima etapa será en Santiago de Chile, donde la colección que abarca sus más significativas obras en una retrospectiva de toda la vida, será presentada el 15 de enero en el Museo Nacional de Bellas Artes. El plan consiste en visitar las principales capitales de América, terminando el periplo en Caracas.
La inauguración en Lima fue un importante evento en el mundo del arte, en presencia de numeroso público, con reseñas en virtualmente toda la prensa capitalina. Tuvo la particularidad de que Lorenzo, en su calidad de cineasta, dejó plasmado en un profesional y acabado documental, el evento donde resalta el fasto del edificio del Museo, el público que acudió y en primer plano, la obra de Oswaldo expuesta en las salas.
Otro video-documental, no menos valioso, cubrió la pre-inauguración, donde la viuda relató a los guías del Museo que acompañarían a los visitantes y a un grupo de invitados, no solamente lo que significa la obra de un pintor que se esmeró en ser primeramente latinoamericano y en segundo lugar contemporáneo de su época artística, sino lo que ha sido la vida a su lado, dando un toque humano a lo que hubiera sido un evento exclusivamente versado en los temas artísticos. De hecho, lo que prometía ser la retrospectiva de un artista en su gira continental, gracias a las películas del hijo, será más que eso, porque queda del evento un documento filmado que también puede reivindicar la apelación de ser una obra de arte. Nótese también, que para el montaje de la muestra, colaboró personalmente, venida de Caracas, la curadora Bélgica Rodríguez.
Para Venezuela, sin que el gobierno gaste un centavo porque todo el gasto es de la Fundación ("quedaremos 'sur la paillé – “limpios” pero lo habremos hecho" confiesa Janine en carta privada), se trata de una excepcional gira promocional de los valores venezolanos. La muestra ha sido colocada en lo más alto del mundo artístico de cada país si medimos dónde, cómo y para qué público está dirigida cada exposición, además de haber gozado, en su primera estación, la de Lima, de una excepcionalmente copiosa cobertura mediática.
