El modernista venezolano Oswaldo Vigas vuelve a relucir en São Paulo
Art Net News
Brian Boucher
EE.UU. 15 de Abril, 2016
"Mi padre odiaba a los comerciantes de arte", dice el cineasta Lorenzo Vigas, hablando sobre el pintor y escultor venezolano Oswaldo Vigas, que murió en 2014 a los 90 años de edad. Él hablaba con Artnet News en el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de São Paulo durante su visita a la exposición Oswaldo Vigas Antológica 1943-2013 recientemente inaugurada.
"Los comerciantes quieren encasillarte de manera que puedan comercializar más fácilmente tu trabajo", continuó Lorenzo, pero, como se revela en la exposición, el Vigas anciano prefirió recurrir a una serie de inspiraciones estilísticas. El lado negativo, reconoció su hijo, es que sin estos comerciantes, es posible que no tengas a nadie para promover tu trabajo y mantener tu legado.
Esa tarea ha recaído sobre él y sobre la viuda del artista, Janine, que han dado vida a la fundación que organizó la exposición, reuniendo más de sesenta pinturas y un puñado de esculturas procedentes de extensas propiedades de la fundación. El espectáculo puesto en marcha durante la 12ª edición de la feria SP Arte la semana pasada, que tuvo lugar justo al otro lado de la calle del museo; tanto la feria como la institución están alojados en edificios diseñados por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer.
El artista estaba en el centro de la escena artística de Caracas en la década de 1970 y 1980, cuando, y Lorenzo ha recordado, la ciudad era la capital del mundo del arte latinoamericano, con muchos artistas activos, galerías e instituciones. Durante sus años en París, Vigas había tenido amistad con gigantes como Max Ernst, Wifredo Lam, Fernand Léger, y Pablo Picasso, y su obra está presente tanto en instituciones a lo largo de su país de origen, así como en el Museo de Arte Moderno de San Francisco y de la Biblioteca Nacional de Francia, entre otros.
Pero su nombre no es muy conocido fuera de los círculos de expertos en el arte latinoamericano, y la cuestión es si esta exposición, que hace un fuerte énfasis en mostrar la calidad de su trabajo, tendrá éxito en traer de nuevo al artista a la palestra pública. A lo largo de su carrera de seis décadas, Vigas utilizó los estilos surrealistas y cubistas, mezclando la figuración y la abstracción con su trabajo que a veces recordaba el Constructivismo de su vecino cercano, el maestro uruguayo Joaquín Torres-García. Más allá, la obra evoca a Paul Klee o al paisano de Vigas, Armando Reverón.
La exposición ha viajado a museos en Perú, Chile y Colombia, y la fundación está ahora en conversaciones con instituciones en los EE.UU. acerca de las futuras versiones de la muestra, curada por la historiadora de arte y crítico venezolana Bélgica Rodríguez y por Katja Weitering, directora artística del Museo de Arte moderno CoBrA, en Amstelveen, Países Bajos.
Ascaso Gallery de Miami mostrará el trabajo de Vigas este mes de diciembre, durante la feria Art Basel a realizarse en Miami Beach; esa exposición será organizada por el historiador de arte Marek Bartelik, actual presidente de la Asociación Internacional de Críticos de Arte.
Nacido en Venezuela en 1923, hijo de un médico, Vigas estudió medicina en la Universidad Central de Venezuela antes de dedicarse al arte. Sin ningún estudio formal, ganó en 1952 el Premio Nacional de Bellas Artes de Venezuela, que incluía un billete de avión a París, donde se inscribió en la Escuela de Bellas Artes en 1953, asistiendo también a clases abiertas en la cercana Universidad de La Sorbona. Vigas mostraría pronto su trabajo en la Bienal de São Paulo, en el Salón de Mayo de París, y en un espectáculo en el Museo de Arte Moderno de la Villa de París. Su estrella se elevó aún más cuando algunas de sus obras se encontraban en una muestra colectiva realizada en la inauguración del Pabellón de Venezuela en la Bienal de Venecia en 1954.
En 1964 regresó a Venezuela procedente de París y pasó el resto de su vida allí, llegando a dirigir el departamento de arte de la Universidad de los Andes, en Mérida, Venezuela, así como creando la escuela de cine. Durante los años 1970 y 1980, Vigas ampliaría su espectro artístico desde la pintura hacia la escultura, tapices, grabados y cerámicas.
A pesar de que era un artista sumamente prolífico - "él siempre estaba trabajando," recuerda su hijo- sólo unas pocas docenas de sus obras han llegado a subastarse. El precio público más alto pagado ha sido $221.000, vendido en la casa de subastas Christie’s de Nueva York en noviembre de 2015 con la pintura de 1990 llamada Paraíso Inconcluso que logró más que duplicar su estimado inicial. A pesar de que a la fecha, menos de diez de sus obras han roto la marca de los $100.000, el mercado de sus obras está creciendo –después de todo, todos esos precios elevados han sido obtenidos en los últimos cinco años.
El hecho de que el hijo de Vigas ahora está ayudando a dar a conocer el legado de su padre, hace que la historia del artista sea particularmente convincente, y, como suele suceder, las dinámicas familiares son un interés de Lorenzo. Al igual que su padre, Lorenzo estudió biología, pero dejó esa carrera por el campo de las artes, donde también logro obtener un éxito sorprendente en 2015 cuando se convirtió en el primer venezolano en ganar el León de Oro a la mejor película en el Festival de Cine de Venecia por su primer largometraje: Desde Allá, un drama que, según él conto a la revista Variety, se enfoca en su "obsesión con la paternidad."
Antes de la muerte de su padre, Lorenzo Vigas filmó el documental El vendedor de Orquídeas, actualmente en post-producción, sobre la lucha del artista para encontrar la primera pintura que él vendió. Durante el desayuno en un hotel de São Paulo, habló sobre el trabajo que aun tiene por delante en poner a su padre en el lugar de la historia que él merece. Hablo sobre cajas y cajas de correspondencia que su padre compartió con otros artistas, que aún permanecen sin examinar en los archivos de la fundación, y reconoció que debido a que su padre vendió muchas pinturas de su estudio, la fundación ha estado trabajando duro para localizar sus lienzos para poder incluirlos en un catálogo razonado.
También arroja algo de luz sobre un giro formal en el trabajo del artista en su última década después de un período de descanso mientras se recuperaba de un derrame cerebral, cuando introdujo nuevos matices en sus lienzos: la exploración de los amarillos limón, hojas de lima y azules cielo en obras como Festejantes XVIII (2010).
Los nuevos colores indican "su alegría por estar vivo", dice Lorenzo, y agregó, "estaba tan contento de trabajar de nuevo."
Oswaldo Vigas 1943-2013 estará abierta al público en el Museu de Arte Contemporânea de São Paulo, hasta el 3 de julio de 2016.
